domingo, 21 de septiembre de 2008

EL CULEBRERO


EL CULEBRERO. UN PERSONAJE EN LOS DIAS DE MERCADO.-

De mi ahora lejana niñez me quedan una serie de recuerdos y de imágenes que siempre me acompañan.
Visitar los pueblos de Colombia, recorrer sus callecitas empedradas, tomar un tinto (Café negro) en una de las cafeterías, o tiendas de la plaza principal, vivir el bullicio y la orgía de olores y aromas que se experimentan en cada placita durante el día de mercado. Este es uno de los aspectos que más amo de mi Patria querida.
Pero es que hay que recordar que “El día de Mercado”, es algo especial en cada municipio. Es todo un acontecimiento que tiene sus rituales, y sus personajes. Además de las vendedoras, con sus vestimentas particulares, su lenguaje y su propia aritmética –“Cuatro libras de arveja, a dos mil pesos, son diez mil, más tres docenas de naranja a dos mil quinientos, nos dan siete mil quinientos, como quien dice ocho mil y diez mil que vienen, dejemos en veinte mil”…y así sucesivamente, van haciendo unas cuentas a una velocidad impresionante, y nunca se equivocan en detrimento de ellas. Y todo lo arreglan con la “Ñapa”, o el “Encime”, que por lo general es una fruta: una mandarina, una manzana, una ciruela o un par de curubas.
Pues bien, en las placitas de mercado, había un personaje que siempre me cautivó por su elocuencia, por la forma como se apropiaba de un público que absorto lo seguía y le escuchaba toda su perorata. Era el “Culebrero”. Siempre acompañado de un “Ayudante”, y de dos cajas de cartón y una vara. Una de las cajas contenía cantidad de pomadas, ungüentos y brebajes para la venta. La otra, que se colocaba en el centro del círculo que formaba la audiencia, se creía que estaba “Margarita”, una temible serpiente, o culebra. De ahí que el Culebrero interrumpiera sus discursos, con una orden perentoria: - “Quieta Margarita!”, golpeando la caja, para impedir que la culebra o serpiente se saliera y atacara a alguien de los presentes.
Lo curioso es que el discurso siempre era el mismo, la entonación, igual. La “pinta”, o vestimenta del Culebrero era sobresaliente: Y por lo general se utilizaba el acento paisa, mezclado con algo de indígena del Amazonas. Para impactar a los incautos habitantes del pueblito, se presentaba como un Chamán, o Hechicero Indígena, proveniente de lo más profundo de la selva amazónica, usando una vestimenta similar a la de los chamanes.
Pero dejemos que sea el Culebrero quien empiece su disertación:
-“Señores y señoras, viejas y viejitos, señoritas viudas y casadas solteras y arrejuntadas. He llegado venido o arribado a esta ciudad pueblo caserío o conjunto de chozas para ofrecer entregar o regalar este nuevo producto que se llama aguja. Se toma nailon hilo piola pita o cabuya, se enhebra se ensarta pasa o mete por el ojo orificio o roto de la aguja. Lo digo de diferentes maneras para que me entienda el intelectual el hombre de mediana cultura el ignorante o el curioso como usted que por ganas de conseguir plata o mirar cosas prohibidas, como pepa de guama vino a caer aquí.”
Y aquí venía un – Quieta Margarita!, porque la tapa de la caja de cartón, en donde supuestamente estaba la feroz serpiente, se había levantado.
Más adelante, en verso comenzaba a recitar un nuevo discurso, con el que lograba obtener una mayor atención, despertar una que otra sonrisa de alguna muchachita en edad de merecer, oriunda de alguna vereda vecina, y la total expectativa de los niños, así como la de todos los desempleados del pueblo.
Estos versos se los escuché a Mario Tierra, pero sin duda que él los aprendiera de otros Yerbateros o Culebreros, porque todos repetían lo mismo.

Si señores, cómo no,
aquí llego el Culebrero
pongan pues mucho cuidao,
para curar soy el primero...
.
Yo soy el inventor de andar parao,
quien hizo de p' arriba la pendiente,
quien puso el occidente frente a oriente,
y norte y sur las puso a lao y lao.
yo descubrí el dormirse uno acostao,
y que los ojos tan bajo la frente
y comprobé que el agua de la fuente
no calienta en fogones apagaos...
.
Yo inventé los caminos en el suelo,
yo le puse el palito al caramelo
y fui el primero en dormir sin tar despierto.
yo fui el primero en saber que el agua es fría,
que la noche no puede ser el día,
y que no hay pupilas en ojo tuerto.
.
Yo soy el que ensarta señores
por hueco, ojal o endija,
roto orificio o aguja,
meto, entro o introduzco
miro veo y me rebusco,
curo, alivio, receto y sano,
.soy brujo curandero cirujano.
Magia blanca, magia negra,
hipnotizo novia y suegra
y leo el futuro en la mano.
Porque yo soy el brujo de San Carlos,
primo hermano de satanás,
de curarlo soy capaz
si tiene algún maleficio,
curar lepras es mi oficio
y males del corazón.
Si sufre alguna traición
venga donde este montañero,
que no soy un chicanero
y lo curo de un bolion..!

Si se le infla la barriga
y le duele hasta la cola,
con una yerbita sola
que yo le llamo llantén,
cojamela usted muy bien
hay mismo me la machaca,
se la manda a la petaca
y en diez días de diarrea
le salen hasta icoteas
y quedas bueno otra vez...

Si tiene muchos buchones
y quiere parar el tren,
señora escúcheme bien
siga haciendo el chocolate
una fruta de aguacate
que yo le voy a rezar,
usted me la va a tostar
encima de una cayena.
se la jarta de mañana
y siga su triqui-traque...
.
Si su niño es barrigón
olvídese de purgantes,
cuélguele ajitos bastantes
en la nuca del mocoso,
embútale al lagañoso
paico por boca y nariz
y un costalao e lombriz
bota por arte de magia
y si tiene solitaria
también la bota el mugroso...
.
Hay hombres que se atortolan
por el negocio caído,
su mujer ya se le ha ido
en busca de más garantías,
no deje la cosa fría
como morcilla vieja
en ayunas miel de abejas
con leche vas a tomar,
y hasta se vuelve a parar
un muerto de 30 días...
.
Pa usted borrar esas manchas
que le jodieron su cara,
hay una receta rara
que yo solo la he vendido.
Coja un caracol molido,
apachurreme 4 cuatro limones enteros
y se me unta esta pomada
y si no le sirve p' nada
tiene que cambiase el cuero...
.
Cójame la golondrina
arránquele el corazón,
déselo en agua e limón
y al retrato del infiel
me le clava un alfiler
en la mitad de la frente,
y vera que de repente
vendrá a llorarte perdón.
.
Fumeme bien el tabaco,
yo le vendo la oración
aquella mujer ingrata
que con ausencia te mata
a garrotazos de olvido,
y este amor arrepentido,
vendrá lleno de ternura
a llorarte con locura,
arrodillao en tus patas,
.
Cojame usted el palito
del famoso canaguate,
con el si vas a curate
si sufrís de los riñones.
Y pa' esas picazones
de amibiasis que tomas?
piña blanca me arreglas,
con bastante ajo machucado
y en un mes ya estas cura
de la puntica de atrás...
.
Si su esposo mi señora
es muy perro este vergajo,
cojase un pelo de abajo
de los jarretes del pie,
arránquele cayo usted
y 3 pelos del sobaco,
embutalo al vergajo
en un posillo de cacao
y ahí tiene usted
al desgraciao
p' donde usted lo volté...
.
Una pomada pa pedro...
otra pa Toño...y otra p` usted
damas y caballeros...

Y aquí el Culebrero y su ayudante se disponían a la venta de la totalidad de la mercancía que habían llevado al pueblo, cuyo origen eran unas pomadas genéricas, sin marca, ni etiqueta, compradas en la Farmacia de un pueblo vecino.
La forma de ponerle el precio a la pomada, es otra muestra del ingenio:
-No le pido veinte mil, ni siquiera quince mil, tan solo deme diez mil, que si no los tiene, con cinco mil me contento, y si le queda muy difícil, llévese dos por ocho mil.
La verdad, nunca llegué a conocer a ninguna Margarita…
Ahora cuando regreso a los pueblitos, observo con nostalgia que los Culebreros van desapareciendo…pareciera que ahora los círculos de personas se hacen para rodear a un nuevo personaje, igualmente vendedor de soluciones, le dicen: El Político.

2 comentarios:

mary simpson vargas dijo...

Bien Emilio, ahora resulta que también eres "culebrero". Me reí mucho con esta historia!!! Una amiga que vive cerca del parque Lourdes me dice que ahí llega en ocasiones un culebrero de "quieta margarita".

Anónimo dijo...

me encanta tu blog y me encantan tis post. Con más cuidado los leere el fin de semana. entretanto, seguiré pasando y te invito a que sigas pasando por Bogotown. No siempre escribo sobre mi hija... solo a veces soy monotemática.