sábado, 30 de agosto de 2008

Profesor Armando Perdomo Cerquera


Oriundo del Departamento del Huila, economista de la Universidad Nacional, dedicó toda su vida a la investigación académica y a la cátedra. Lo recuerdo muy bien porque fui su alumno, en la Facultad de Comercio Internacional de la Universidad de Bogotá Jorge Tadeo Lozano, fui su contertulio en el Grupo de Estudio Ventana, fui compañero suyo de trabajo en la Tadeo durante cinco años, de igual manera trabajamos en la misma entidad, en el Instituto Colombiano de Comercio Exterior, Incomex. Armando permaneció allí cuando se creó el Ministerio de Comercio Exterior, él era el dueño de los temas como los relacionados con los acuerdos internacionales de comercio, la Organización Mundial de Comercio OMC, por lo cual fue visitante frecuente de Ginebra y de muchos paises. Siempre fue una persona sencilla, con varios libros bajo el brazo. Recuerdo de él, cuando me prestaba algunos libros, repetía: Los libros deben tener una función social, una vez leidos deben rotarse, debe permitirse que otras personas los lean. Armando era así: desprendido, intelectual, estudioso.
Paz en su tumba
He incluido la fotografía de Armando Perdomo que aparece en el mosaico de mi promoción, año 1974.- Revisando este mosaico me encuentro con que nos han abandonado las siguientes personas:
El Doctor Jaime Forero Valdés, quien era el rector de la UJTL
El Doctor Juan Manuel Caballero, quien por ese entonces era Secretario General de la Universidad.
El Profesor Armando Perdomo Cerquera, y
los colegas: Germán Tobón Guarnizo, Conrado Cortés y Juan de J. Malagón.
Dios los tenga en su Gloria, que nosotros los tenemos en nuestra memoria.

jueves, 28 de agosto de 2008

Los desplazados en las callecitas de mi barrio


Vivo en Bogotá, la capital de Colombia. Es una urbe de siete millones de habitantes, según las cifras oficiales. Pero como a estas no se les puede creer, creo que vamos muy cerca de los diez millones, gracias a los desplazados por la violencia, gracias a la pobreza infinita que azota a nuestros habitantes en algunas extensiones de nuestra querida Colombia. Aunque, claro, el Gobierno no considera que haya desplazados, sino que les da el gracioso apelativo de "migrantes".

Estas gentes, conformadas por familias enteras que llegan a la capital solo con lo que llevan puesto, porque la violencia no les concede el permiso de traer maleta, dejando atrás sus parcelas que les han sido arrebatadas, llegan a una ciudad que no conocen, una gigantesca mole de ladrillo, cemento, bullicio, con la gente más indiferente y hostil que pueda haber en el mundo entero. Todos los rostros que encuentran llevan en el ceño una lectura de rechazo frente al desplazado,
y a su familia . Ni siquiera los ojitos llorosos de los pequeños niños que suplicantes imploran por un pequeño bocado logran conmover a los habitantes de Bogotá.

El desplazado con su numerosa familia se instala en las calles de Bogotá, en las cercanías de algún parque, de algún arroyo, mientras se van adaptando a su nueva vida.

Buscan empleo, pero sin ningún resultado positivo, porque empleo, gracias a la Globalización y a nuestro liberalismo económico, no es fácil de encontrar. La única solución es el rebusque. Ingeniarse formas como la de ubicarse cerca de un semáforo y ofrecer algún tipo de mercadería, golosina, fruta de temporada, etc. Tratando de limpiar vidrios de los carros, o haciendo cualquier gracia o monería que les permita obetener alguna moneda. Pero son tan pocos los semáforos y tántos los desplazados, que ya ni eso es una solución.

Y llegan las lluvias, y el desplazado ahí....

Y los Gobiernos?

Las callecitas mi barrio están pobladas de desplazados...

La Iglesia de mi Barrio


Es reciente. Acaba de cumplir cuarenta años. Desde 1968, el barrio Pasadena de Bogotá cuenta con su Iglesia, consagrada al santo italiano Domingo Savio, quien muriera a los quince años. El templo ha tenido varios párrocos, el primero de ellos fue el sacerdote Benjamín Tobos, a quien se le debe la construcción de la casa cural. Es de recordar que el terreno en donde se construyó la iglesia pertenecía a la Comunidad Salesiana y su destino inicial era la construcción de un colegio, pero se modificó ese proyecto, para dar paso a la construcción del templo católico. El diseño arquitectónico corrió por cuenta de un arquitecto de apellido Bernal.

El sacerdote Germán Rojas sucedió al Padre Tobos, desde 1973 hasta 1979, cuando llegó el Padre Ernesto Arbeláez, desde febrero de 1979, hasta marzo de 2002. Son muy recordadas las homilías del Padre Arbeláez, por sus súbitos cambios en la entonación, y por su densa cultura. Era un sabio, y como todos los sabios, sencillo en extremo.

El Padre Ernesto Arbeláez López, falleció el día 13 de septiembre de 2008, mientras iba en un bus de transmilenio hacia la Iglesia de San ambrosio para oficiar una misa.Murió en silencio, en santa paz. Su muerte ha sido muy lamentada por quienes fuimos parte de su feligresía. Desde marzo de 2002, ha venido dirigiendo los destinos de la Parroquia Monseñor Teófilo Tobar, quien se ha destacado por la organización de animados bazares, de muchísimas actividades no solo de enseñanza cristiana sino de integración de todos los habitantes de nuestro barrio. Es sobresaliente su preocupación por brindarles ayuda a las familias de desplazados que tanto la necesitan. Monseñor Tobar se ha destacado por su profundo sentimiento de solidaridad con los necesitados, contando con el apoyo de muchísimas familias residentes en Pasadena. Se adjunta una fotografía del templo, tomada desde una de las ventanas de mi apartamento.

Escribo estas notas porque por lo general los vecinos van a misa, pero desconocen las pequeñas historias de su barrio.

Las callecitas de mi barrio están heridas


Las callecitas de mi barrio están heridas por varios factores: por el invierno, por la desidia de las autoridades encargadas del mantenimiento de la malla vial, por las nuevas construcciones (cada edificio que se construye rompe la calle para instalar tuberías). Todo esto resulta altamente inexplicable poque los impuestos que se pagan por vivir en mi barrio son altísimos. Cito algunos: Impuesto Predial, correspondiente al casi uno por ciento anual del valor del inmueble. Impuesto de "Valorización", porque estas calles han valorizado los inmuebles. Sobretasa a la gasolina para el mantenimiento vial, impuesto de rodamiento, contribución al fondo de vías, etc.
Las callecitas de mi barrio se encuentra maltrechas....están heridas